La fiebre tifoidea es una enfermedad bacteriana aguda causada por la bacteria Salmonella enterica sorotipo Typhi. La enfermedad se asocia a bajos niveles socioeconómicos y a malas condiciones de saneamiento básico, higiene ambiental y personal.
En algunos países, la fiebre tifoidea se produce de forma endémica, en los brotes relacionados con el agua y/o alimentos contaminados, sobre todo en las regiones más pobres del país, con una tendencia de declive en las últimas décadas en cuanto a la incidencia, mortalidad y letalidad.
Síntomas de la fiebre tifoidea
- Fiebre alta;
- Dolor de cabeza;
- Malestar general;
- Falta de apetito;
- Ralentización del ritmo cardíaco (bradicardia);
- Aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia);
- Manchas rosadas en el tronco (roséola tífica);
- Estreñimiento intestinal o diarrea;
- Tos seca;
- Puede haber compromiso del sistema nervioso central.
Transmisión de la fiebre tifoidea
El agente transmisor de la fiebre tifoidea es la bacteria Salmonella enterica, sorotipo Typhi. La transmisión se produce a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con heces humanas o la orina que contiene la Salmonella typhi.
También puede ser transmitida por contacto directo (mano-boca) con heces, orina, secreción respiratoria, vómitos o pus de una persona infectada, que, aun sin presentar síntomas, elimina la bacteria en las heces y en la orina.
La víctima puede eliminar las bacterias durante un período de hasta 3 meses, siendo que los portadores crónicos pueden transmitir la enfermedad por hasta 1 año. Mientras exista bacilos siendo eliminados en las heces o en la orina, la fiebre tifoidea puede ser transmitida.
Se Sabe que la aparición de la fiebre tifoidea está directamente relacionada con las condiciones de saneamiento y los hábitos de higiene personal. La enfermedad es más común en personas entre 15 y 45 años de edad, en regiones endémicas.

Síntomas de la fiebre tifoidea
Tratamiento de la fiebre tifoidea
El tratamiento de la fiebre tifoidea consiste básicamente en la administración de antibióticos e hidratación. Casos más raros requieren de hospitalización para la hidratación y la administración de antibióticos por vía venosa. La fiebre tifoidea puede ser fatal sin tratamiento adecuado.
Prevención de la fiebre tifoidea
- Saneamiento básico;
- Preparar los alimentos adecuadamente;
- Higiene personal;
- Consumir agua tratada;
- Comprar alimentos frescos, con buena apariencia;
- Lavar y desinfectar los alimentos antes de consumirlos: Frutas, hortalizas y verduras deben ser sumergidos durante 30 minutos en una solución preparada con una cucharadita de hipoclorito de sodio (agua lavandina) a 2,5% por cada litro de agua tratada;
- Consumir sólo leche y derivados pasteurizados;
- No utilizar alimentos con el plazo de validez vencido;
- Lavarse las manos regularmente: antes, durante y después de la preparación de los alimentos; al manipular objetos sucios; después de tocar animales; después de ir al baño o después de cambiar pañales; antes de dar el pecho.
- Lavar y desinfectar todas las superficies, utensilios y equipos utilizados para la preparación de los alimentos;
- Proteger los alimentos y la cocina contra insectos y todo tipo de animales;
- Guardar los alimentos en recipientes cerrados.
Vacuna para la fiebre tifoidea
La vacuna contra la fiebre tifoidea no posee un alto poder de vacunación y la inmunidad dura por poco tiempo. Por eso, es indicada sólo en casos específicos, como por motivos de viaje a zonas endémicas.
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